La sociedad de la Igualdad
Luego de regresar de Europa, en marzo de 1850, Francisco Bilbao se asoció con Santiago Arcos, el poeta Eusebio Lillo, el músico José Zapiola, el sombrerero Ambrosio Larrecheda y el sastre Cecilio Cerda, y fundaron la Sociedad de la Igualdad, en cuyo nombre se evocaba ya la trilogía usada como consigna en la Francia revolucionaria. Los seis fundadores realizaron una eficiente labor de difusión y lograron incorporar a algunos artesanos y a cientos de jóvenes de distintas posiciones sociales, hasta alcanzar, aproximadamente, el número de 3.400 miembros.
Su profesión de fe consistía en "reconocer a la razón como suprema autoridad, a la soberanía del pueblo como base de toda política y a la fraternidad universal como vida moral", pretendiendo la educación popular y su "redención social y política". Organizaron conferencias y clases en las que se enseñaban aproximadamente las mismas materias que en las escuelas públicas, además de un curso de sastrería. Fundaron "El Amigo del Pueblo" y luego "La Barra", periódico combativo y profundamente anticlerical, que solía exceder los límites con sus insultos y descalificaciones, a lo que la prensa oficialista respondía con igual procacidad.
La profesión de fe ineludible para el ingreso en la Sociedad, rezaba así: primero ¿reconocéis la soberanía de la razón como autoridad de autoridades?, segundo ¿reconocéis la soberanía del pueblo como base de toda política? y tercero, ¿reconocéis el amor y fraternidad universal como vida moral?.
Esta Sociedad contemplaba la creación de escuelas gratuitas, baños públicos, bancos de obreros, montes de piedad, etc. Se iniciaron las clases de inglés para obreros, también de economía, música y aritmética, entre otras asignaturas.
Las autoridades tuvieron choques con esta Sociedad que se había convertido en un verdadero foco revolucionario para la época conservadora (1831-1861).